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marzo 16, 2024

En un acto que reconoce el aporte y trayectoria de diversas mujeres, Fernanda Romero, coordinadora de la Reserva Natural Altos de Cantillana y presidenta de ASI Conserva Chile, recibió el premio «Elena Caffarena Morice» en la categoría de Defensora Ambiental.

El reconocimiento destaca su contribución a la conservación de la biodiversidad en la Región Metropolitana, particularmente en la zona del Cordón de Cantillana. Su trabajo de más de dos décadas ha sido fundamental en la protección de estos ecosistemas únicos que albergan una rica diversidad de flora y fauna nativa, desarrollando un modelo de conservación que integra activamente a las comunidades locales.

Como coordinadora de la Reserva Natural Altos de Cantillana, Fernanda ha impulsado iniciativas innovadoras en educación ambiental, restauración ecológica e investigación científica, poniendo en valor el ecosistema mediterráneo. Su liderazgo ha sido clave en la preservación de uno de los corredores biológicos más importantes de Chile central, demostrando que la conservación efectiva requiere de un trabajo conjunto entre diversos actores.

“Me lo tomo con mucha humildad, siento que el reconocimiento va posicionando la labor ambiental y lo difícil que es trabajar en conservación. Muchos gremios ven la conservación como una amenaza al desarrollo y se cuestiona la importancia de la protección al medio ambiente. Pero es urgente equilibrar la crisis ambiental y se necesita a la mujer en todos los ámbitos y disciplinas, en los gobiernos, en la conservación,  educación y por supuesto en la ciencia “, destacó Fernanda.

El premio «Elena Caffarena Morice», establecido en 2008, honra el legado de la reconocida activista por los derechos de las mujeres y conmemora el logro del voto femenino en Chile. En su edición actual, se destacó a  organizaciones sociales y mujeres en diversas áreas, incluyendo impacto cultural, deportivo, autonomía física, política, económica y, por primera vez, defensa ambiental, donde también se premió a Erika Guerrero por su trayectoria en la defensa de los derechos ambientales de la comuna de Tiltil.

La ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Antonia Orellana, afirmó que “nuestro país fue uno de los primeros en firmar el Tratado de Escazú, un acuerdo que tiene un componente de género fundamental: la mayoría de las defensoras ambientales somos mujeres. Por ello, quisimos incorporar esta nueva categoría, para visibilizar su labor y destacar iniciativas como la de Altos de Cantillana, que protegen el entorno, y no me refiero solamente a los lugares que se conocen como turísticos, sino a lugares que nos rodean en el día a día.”

Este reconocimiento no solo destaca la trayectoria personal de Fernanda Romero, sino que también pone de manifiesto la importancia de la conservación ambiental y el rol fundamental de las mujeres en la protección de nuestro patrimonio natural.

Una vida ligada a la conservación

Fernanda Romero, ecóloga paisajista nacida y criada en el Valle de Aculeo, ha dedicado su vida a la conservación de la naturaleza. Su trayectoria abarca desde estudios botánicos hasta consultorías en flora y vegetación en distintos ecosistemas de Chile, contribuyendo al conocimiento y preservación de la biodiversidad.

Su compromiso con la educación ambiental comenzó en 2005, cuando se unió a la organización Mongueln Mapu, promoviendo la valoración del patrimonio de Aculeo. Más tarde, a través de su trabajo en la Corporación Aculeufú y luego en la ONG Corporación Altos de Cantillana, desarrolló programas de educación ambiental en comunidades locales a lo largo de más de 20 años. Debido a su compromiso y trayectoria, en 2022 Fernanda fue reconocida como Tesoro Humano Vivo de Paine junto a otras nueve mujeres que han cultivado el arte y las tradiciones en la comuna.

Desde 2016, Fernanda se desempeña como coordinadora general de la Reserva Natural Altos de Cantillana, donde ha liderado proyectos de conservación, restauración e investigación, consolidando esta área como un referente en la protección de ecosistemas. “Agradezco a todas las personas que han hecho posible esta iniciativa. Aunque a menudo soy la cara visible, esto es el resultado del esfuerzo colectivo de propietarios que han apostado por la conservación, colaboradores, investigadores y un equipo comprometido, en su mayoría mujeres, que trabajan con pasión y con un sueño en común: proteger Altos de Cantillana”, señala.

Su liderazgo ha trascendido a nivel regional y nacional. Fue presidenta de la Red de Santuarios de la Naturaleza de la Región Metropolitana, una alianza que reúne diversas áreas protegidas en la zona. Además, en los últimos meses ha dirigido el programa Comunidad Contra el Fuego, una iniciativa junto al Gobierno de Santiago para fortalecer la prevención de incendios forestales en áreas cercanas a santuarios naturales. En 2024, su experiencia en conservación voluntaria la llevó a participar en la COP 16, donde presentó el modelo de protección de áreas silvestres en Chile y, en particular y el caso de Altos de Cantillana.

A lo largo de su trayectoria, Fernanda ha compartido su experiencia, guiando a muchas personas en el camino de la conservación. Para ella, la clave está en la educación y en la conexión directa con la naturaleza. “El desafío principal es comunicar, informar e invitar a las personas a estar en contacto con la naturaleza; esa es la única forma de comprender nuestra dependencia de ella y encontrar un equilibrio de reciprocidad entre el ser humano y su entorno”, concluye.